Evolución del dibujo


El dibujo es una disciplina artística, y como tal solo se puede mejorar practicando. Practicando mucho. Cuando en el campo de algunas Ciencias Sociales ligadas a la educación se dice que una persona ha llegado a la etapa del Pseudo-naturalismo en el dibujo, a eso de los 13 años, quiere decir que la única forma que tiene ese individuo de mejorar a partir de ese momento es dedicando tiempo a dibujar, y si no, puede dejarlo y estancarse para siempre. Por ello ocurre en general que las personas no interesadas en dibujar mantienen el trazo y calidad por las que se caracterizaban en su etapa adolescente temprana.


Dicho esto, me centro ahora en el terreno del dibujo manga. Pongamos a cualquier mangaka conocido de ejemplo. Parece obvio decir que en sus años de adolescente no realizaban grandes ilustraciones, por muy genios que fueran. Tuvo que ser con un esfuerzo constante, dedicando horas y horas a perfeccionar la técnica, empapándose del trabajo de otros, recibiendo ayuda, incluso estableciendo ese tiempo como prioridad en su vida la manera en la que se convirtieron en lo que hoy día vemos como lectores. Incluso se dan casos, sobre todo en quienes realizan series largas, en las que se pueden percibir y se perciben una evolución a lo largo de los años dedicados a la serie en cuestión.

Yo considero esa evolución como un proceso natural fruto del esfuerzo dedicado. Frustra bastante ver un dibujo que tienes en mente y que a la hora de traspasarlo al papel no quede el resultado que esperabas. Al fin y al cabo, dibujar es ordenar el pensamiento, fijarse detenidamente en todo lo que nos rodea. Lo diría mil veces. Así, y aunque no nos percatemos, cuando después de unos meses centrándote en un aspecto concreto a mejorar miras un boceto o dibujo que hiciste al comenzar, es inevitable percibir cambios positivos, incluso significativos, de aquello que no sabías cómo enfocar.  Probablemente se ha seguido un proceso de prueba y error, en el que ha habido una documentación y has recibido ayuda, o directamente eres autodidacta (más o menos como yo) y has practicado una y otra vez y de mil formas ese aspecto, hasta llegar a un punto de mejora.

Y aún con toda esa evolución, pasado un tiempo en el que ha seguido habiendo una práctica, aquello que parecía excelente ahora es desastroso y de nuevo se perciben mejoras. Lo ideal, sin duda, es que con el paso de los años, unos antes que otros, se llegue a un punto donde el progreso sea paulatino y uno se sienta cómodo con lo que dibuja, pudiéndolo entender así alguien que contemple tu trabajo. En mi caso, estoy seguro de que aún no he llegado a ese punto, y me alegra saberlo.

Para terminar, aunque de este tema se pueden hacer estudios aún más exhaustivos, presento algunas viñetas comparativas entre personajes de mangas conocidos, para que se pueda apreciar la evolución de sus respectivos autores. Y una aclaración antes de verlos: en algunos de los casos ese cambio se debe a la demanda del guión, que al volverse más serio, por ejemplo, se hace necesaria una modificación que se ajuste a ello:


En primeros planos tenemos a Luffy, protagonista de One Piece. Fijaos el cambio que da Eiichiro Oda desde la primera imagen, perteneciente al One-Shot: Romance Dawn hasta la segunda, ya del primer capítulo de One Piece, donde Luffy se ve más infantil a cambio de una comodidad en el dibujo para el autor. A lo largo de la serie, como veis en las otras dos imágenes (una de la saga Ennies Lobby y otra del comienzo del Nuevo Mundo), Oda se va centrando en hacer un Luffy más proporcionado, con un trazo más uniforme y profesional y más realista dentro del contexto de la serie.


Ahora, en planos medios, está Kaede Rukawa, el segundo personaje principal de Slam Dunk, de Takehiko Inoue. La evolución es abismal en las tres imágenes, desde la primera del One-Shot previo: Kaede Purple, con un estilo más común en términos de manga y algo desproporcionado; pasado por el capítulo 2 de Slam Dunk, donde el personaje está más cuidado y con un estilo más personal; hasta finalmente la tercera imagen, de uno de los episodios finales del manga, donde Inoue ha perfeccionado y asentado su estilo casi al completo (ver Vagabond para conocer su máximo potencial), y vemos un Rukawa distinto en muchos aspectos que se caracteriza mayormente por su realismo.


Por último, en planos americanos, Vegeta, también segundo personaje principal de Dragon Ball (desde poco después de su aparición), de Akira Toriyama. Desde su aparición en la saga Saiyan hasta la saga Majin Buu, Vegeta crece en estatura y en molor, y como el resto de personajes del manga, se ve más cuidado, con más líneas de expresión y sombreados usando solo el negro. En este caso, prácticamente Toriyama alcanza su punto máximo en la segunda imagen, y a partir de ahí solo va perfeccionando su estilo poco a poco.

Para finalizar, animo a cualquiera aficionado al dibujo a que cuando sienta que no está avanzando nada eche un vistazo a sus trabajos antiguos y observe en qué medida ha evolucionado y a su vez poder identificar en qué términos hay que seguir haciendo un esfuerzo.

Autor : DaniAgudo

El artículo Evolución del dibujo fue publicado el día lunes, 11 de febrero de 2013 .
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