Seguro
que cualquier usuario habitual de videojuegos o gamer ha realizado esta práctica alguna vez. Necesitas saber si un
juego en concreto realmente merece la pena, o directamente no tienes dinero
suficiente para costeártelo y quieres jugarlo en pequeñas dosis, así que vas y te lo alquilas durante un breve periodo de tiempo. En cualquier
caso, en esta entrada quiero contar y describir esas sensaciones que surgen al
alquilar un juego, al menos desde mi propia experiencia. No van a ser
habituales este tipo de entradas, pero me apetecía escribir sobre ello.
El
caso es que ayer, mientras ojeaba videojuegos en una conocida tienda
especializada, me percaté de que se podían alquilar juegos para la plataforma
Nintendo 3DS (cosa que hasta hace muy poco no se podía), y se me presentó la
oportunidad de hacerme con uno que por sus características no me llegaría a
comprar, pero que como muchos otros siempre te quedan esas ganas de al menos
probarlo. Así que me decidí, y ya que tengo este fin de semana relativamente
libre, por un módico precio podré sacarle partido hasta el lunes. Cuando llegué
a casa se me ocurrió hacer esta entrada. Me paré a pensar un momento y caí en
la cuenta de que llevaba años, quizá más de 5, sin tener cedido un videojuego.
Después de probar el juego unas horas, he recordado muchas experiencias diversas a raíz de ello. Normalmente, en mi etapa de adolescente, mi primo, mi hermano y yo solíamos dedicar algunos fines de semana exclusivamente a devorar lo antes posible un videojuego del que no estábamos seguros de adquirir, o del que sabíamos que por su duración no valía la pena comprarlo. Lo cierto es que se disfrutaba bastante exprimiendo lo máximo posible un juego en compañía, uno que probablemente no volveríamos a probar.
Después de probar el juego unas horas, he recordado muchas experiencias diversas a raíz de ello. Normalmente, en mi etapa de adolescente, mi primo, mi hermano y yo solíamos dedicar algunos fines de semana exclusivamente a devorar lo antes posible un videojuego del que no estábamos seguros de adquirir, o del que sabíamos que por su duración no valía la pena comprarlo. Lo cierto es que se disfrutaba bastante exprimiendo lo máximo posible un juego en compañía, uno que probablemente no volveríamos a probar.
Respecto
a cómo se vive el momento, por lo que he podido experimentar no tiene nada que
ver con un videojuego comprado, con el que puedes tomarte tu tiempo. Si el
juego alquilado consta en echar una partida tras otra (digamos uno del género
deportivo) la tendencia es simplemente a picarte hasta aburrirte, pero si el
objetivo es descubrir una historia o solo avanzar niveles, el sentimiento es
totalmente distinto, y es único. Suponiendo que el título se tiene que devolver
en 24 horas, y restando las invertidas en necesidades biológicas y en
trabajo/estudios, estimo que se puede jugar unas 4 o 5 horas. Todo esto hace
que el jugador tenga una sensación similar a un atleta en una contrarreloj. En
mi caso, que soy de los que intentan explorar todo el terreno antes de seguir
avanzado en la partida, tengo que saber equilibrar ese afán de explorador con
una mayor velocidad para avanzar, queriendo a su vez disfrutar del juego.
¿Difícil, no? Y más si le sumamos el conocimiento previo de que la
duración para al menos conocer la
historia principal es corta. Desde luego que se acumula un estrés y una tensión
continua, mirando el reloj a cada instante para saber cuánto tiempo te queda
para devolverlo, y procurando además no resignarte en que no lo vas a poder
terminar.
Yo personalmente
no me frustro demasiado por no acabarlo. Es un juego alquilado, se basa en
ello. Al fin y al cabo, si no está muy demandado, siempre puedes volver a pagar
ese precio y poco a poco sacarle todo el provecho, sabiendo que nunca te
gastarás su lo que realmente vale.
Actualmente
el blog no recibe muchas visitas diarias, pero si alguien lee esta entrada y
tiene experiencias similares, que no dude en contarlas.
Autor : DaniAgudo
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2 Comentarios:
Yo en mis tiempos mozos era usuario asiduo del alquiler de juegos los fines de semana, lo que mas recuerdo era que en plataformas como la gba donde el guardado se hacía en el propio juego, no tenías la seguridad de que la próxima vez que volvieras a alquilarlo a la semana siguiente iban a estar ahí tus datos y ese sentimiento de desconocimiento al alquilar un juego a veces era un sin vivir la mayoría de las veces.
ResponderEliminarExactamente eso me está pasando con el juego que he alquilado, aunque no me importa demasiado porque no creo que lo vuelva a alquilar (no quiere decir que sea malo).
Eliminar¡Primer comentario en el blog! No sé de qué me suenas.